Su piel bronceada por el sol de ese verano que se conocieron
Y sus ojos de un marrón intenso brillaban bajo la luz de las farolas.
La despedida fría, se heló aun más por el viento.
Cabellos agitados y manos frías.
Su cuerpo esbelto y huesudo.
Distante eterno, tembloroso, se fue distanciando.
Mientras el, una vez mas capto e inmortalizó en su memoria, la despedida.
El cielo negro testigo, los vio alejarse…
El cielo negro testigo, los vio alejarse…