Tras un fin de semana largo, donde los muertos fueron recordados con flores de colores vistosos, nichos y tumbas engalanadas, limpiadas y arregladas, nos enfrentamos ya al frió polar que de nuestra sierra nevada nos llega. Ya no habrá tregua en estas frías noches, ya habrá que esperar a febrerillo el loco a ver como la flor de los almendros nos colorean los maravillosos campos de nuestra pacha mama.
Os deseo un bello otoño y un "cálido" invierno rodeados de aquellos a quien queréis.
José Luis.
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